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Consumo de Alcohol y Riesgo Cardiovascular

Consumo de Alcohol y Riesgo Cardiovascular

Al pensar en los tantos productos existentes en la actualidad, es interesante notar que pocos han sido elaborados desde hace milenios y con tanto empeño, esfuerzo e incluso pasión por sus creadores. Es el caso de las bebidas alcohólicas. Éstas han sido inventadas y refinadas a través del tiempo en cada rincón del planeta y cada cultura que ha existido. Para nuestras sociedades el alcohol tiene tal trascendencia que incluso en la actualidad su elaboración continúa siendo un próspero negocio y forma de vida. La razón es muy obvia: estas bebidas presentan una alta demanda y consumo diario a nivel mundial. Ahora bien, si es tan importante para la humanidad (y siendo franco sí lo es), porqué hablar de un tema que es aparentemente tan aceptado por tantas personas.

 

Lamentablemente el consumo alcohólico suele no tener un límite definido para las personas, amanera que existen consecuencias inmediatas tras su severa ingesta tales como la toxicidad aguda y los accidentes, tantos que el alcohol está involucrado en millones de muertes a nivel mundial cada año, siendo también causante de discapacidades en personas de edades productivas.

Claro está que sus efectos no se limitan a consecuencias inmediatas, sino también a otros efectos deletéreos con afección en múltiples sistemas orgánicos del cuerpo humano: funcionamiento cerebral, gastrointestinal, metabólico, inmunológico, reproductivo, y cardiovascular, pero también otros.

 

En el aparato cardiovascular, el consumo alcohólico y la mortalidad cardiovascular tienen una curva de correlación de J, es decir, menor mortalidad a dosis bajas y moderadas, y la tendencia del riesgo cardiovascular a incrementar de manera progresiva con formas más severas de consumo alcohólico. Esto fue descubierto al observar la “manera mediterránea de beber”, que involucra la ingesta diaria y regular de cantidades moderadas de alcohol, principalmente con las comidas. Tras esta costumbre se ha descrito entonces algún tipo de beneficio para la salud con la ingesta moderada de alcohol, y dado el interés masivo en todas las demografías por el tema, la importancia de esta premisa cobra tal relevancia porque las personas han podido y aún pueden justificar su consumo con tal de obtener los “beneficios saludables” a partir de cierta ingesta alcohólica, pero en realidad sólo se ha fomentado un lento y potencial fatídico daño para estos individuos, en particular según evidencias recientes por aumentar el riesgo cardiovascular a pesar de tan sólo ingerir cantidades moderadas.

Si bien el propósito de esta nota no es una revisión de la literatura médica, es creciente la evidencia de los estudios recientes en los que se resalta que el aparente efecto cardioprotector previamente atribuido al alcohol se debe más bien a las limitaciones de los estudios. Tanto es así que incluso en Reino Unido las autoridades de salud recomiendan formalmente que no existe ningún nivel seguro para el consumo de alcohol, con propuestas en vigencia de regulaciones económicas y políticas más estrictas para el acceso y mercadeo del alcohol (semejante a cambios con relación a control del tabaco y obesidad).

 

Considerando la ubicuidad tan presente del alcohol en todas las sociedades, es comprensible el interés y la controversia que estas recomendaciones puedan despertar, sin embargo, lo que no es controversial es que los médicos asuman posturas más preventivas y cautelosas con respecto a las recomendaciones referentes al consumo de alcohol y la reducción del riesgo cardiovascular. Mientras se resuelven las incógnitas y se aclara este panorama mediante estudios más contundentes, esta postura podría ser la medida más segura, junto al incremento de niveles de actividad física y regímenes dietéticos más saludables como pilares de la salud.

 

Esta nota tiene entonces como intención concienciar a todas aquellas personas queman tienen esta “manera mediterránea de beber” e invitarlos a que dejen de hacerlo, pues están en mayor riesgo de presentar efectos cardiacos adversos en comparación a quienes no beben, y precisamente aquellos individuos abstemios, también invitarlos a socializar, divertirse y continuar con un estilo de vida saludable y responsable donde las bebidas alcohólicas tengan una poca representación.

Dr. Héctor Miguel Jiménez Rodríguez
Cirujano cardiotorácico
División de cardio neumología
Unidad Médica de Alta Especialidad
Centro Médico Nacional del Noroeste
CD, Obregón, Sonora, México
Amigo de In Recovery México

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